Cortometraje y documental
2003- “defectos secundarios”. Cortometraje rodado en 35 mm. Proyectado en el cine Ver-di de Barcelona.Exhibido dentro de la programación de la 7ª Muestra Internacional de cine organizada desde el seminario interdisciplinar de estudios de la mujer de la Universidad de Zaragoza. Premio del público en el Festival de Cine de Mujeres de Barcelona, Cine Verdi.Premio del público en el Festival de Cine de Mujeres de Pamplona. Subvencionado por el Ministerio de Educación y Ciencia. Subvencionado por la Generalitat de Catalunya.
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2004- “les bagages”. Documental producido por Fair Play Produccions y Tasmania Films para ser promocionado en una cadena francesa. Acumular objetos es como acumular sentimientos…
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2005- “habitar la materia”. Documental. Galería km7. Documental sobre el trabajo de bambú de Laurent “Lo”. Empurdà. Girona
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2008- “campus de las artes de Guía”. Documental sobre las experiencias en el Campus de las artes de Guía en 2008.
UNA VENTANA ABIERTA
He estado en un lugar en el que los pastores son pintura al óleo, son materia social para consumar una obra; la arquitecta tiene cabellos de princesa hasta la cintura, la doctora cum laude juega al cine-exin, el diseñador gráfico es panadero… Un lugar en el que el streeper, que exhibe su cuerpo serrano sobre la larga mesa del restaurante llena de comensales, pinta las paredes con anilinas para denunciar la estupidez humana.
Este año se abrió una ventana que daba a ese lugar: El Taller de Comunicación.
Una ventana que en un principio tenía una tela casi imperceptible de “tul ilusión” que impedía ver. Inevitablemente, el paisaje se vio perturbado por la apertura de la ventana. Dicen las malas lenguas que lo sistematizan todo, que una ventana es el símbolo de la esperanza, es el testimonio de que existen otros mundos y eso puede generar inseguridad.
Los mirones con cámara en mano no sabían muy bien porqué se les había adjudicado esa misión y primero miraban de forma aplicada con la tenacidad del que quiere hacer las cosas bien. Poco a poco la mirada se fue olvidando de la misión y emprendió un viaje hipnótico que recreaba los pequeños detalles y lo percibía todo de manera intuitiva.
Había una primera intención de que el Taller de Comunicación fuera el testigo de que allí todos los artistas estuvieron. Los artistas necesitan testigos.
Pero, como te digo, poco a poco las cámaras se revelaron y ya no querían ser testigos de nada, sino que se convirtieron en parte integrante de un proyecto común.
Las cámaras se volvieron invisibles. La tela de tul desapareció y entonces vimos.
Vimos al obstinado que pinta la realidad cual cámara fotográfica, transcribiendo, con divina maestría, la luz que lo crea todo.
Vimos al valiente conquistador El Cid Campeador del Siglo XXI que va anexionando almas al espíritu del eco-diseño.
Entendimos que el paisajismo se convierte en una poética porque nos lo están arrebatando todo.
Vimos las largas melenas del cristo de sabrosas carnes con una sonrisa que te mece el alma, diciendo: “Para que el mundo amplíe la comprensión de lo que está sucediendo tenemos que protestar con nuevas maneras”.
El taller del artista se instaló en las manos de una artesana de quesos.Los niños recogieron lo que trae el mar y participaron con sus medidas de niños en las películas animadas que hacía la guapa italiana. Así entendieron, que todo, absolutamente todo, está hecho de numerosos momentos diminutos. Así los niños (y los no tan niños) entendieron que en la vida hay pasos que no te puedes saltar.
Vimos el corazón gigante de una maestra.
Vimos la vivacidad errante de un ser excepcional que se colaba en las ondas de radio.
Una belleza con patas. Creedme, una deslumbrante belleza de dulzura extrema se instaló en la montaña para ver crecer una flor. Y con eso hizo un video-arte que nos puso a todos los pelos mirando al ser supremo. Ella iba acompañada de Don Quijote, el insigne caballero de larguísimos miembros que ha aprendido a integrar el sufrimiento y con eso ha construido un talante de placidez. Es una obra de arte ambulante. Es una máquina del millón a la que te acercas y te conviertes en un ser bueno. No bueno y tonto, sino bueno e infinito.
Las cámaras invisibles seguían percibiendo y percibieron que las mujeres fuertes y valiosas tienen que confiar en sí mismas porque son meigas y duendas con muchos poderes.
Las cámaras recrearon a los que con sus cámaras dibujaban una obra. Un sueño dentro de otro sueño de dos sujetos que estaban pensando con un nuevo lenguaje. Lo advertías cuando los mirabas a los ojos.
Hubo alguien que se enredó en la materialización de un diseño. Cuando las ideas emprenden el viaje, todos quieren hacerse con ellas.
La pareja que se ha encomendado a la Virgen de los Imposibles, planea implacable sobre los campos de muerte de la administración y sus aledaños.
Ellos, la pareja, hombre y mujer, han inventado un espacio nuevo que remueve las entrañas de los mediocres y les levanta ampollas en la comisura de los labios.
El proyecto está enfocado al cielo y como todo proyecto de tal envergadura humana se encuentra con fuerzas oscuras a la altura de su potencia.
Las artes oscuras se presentaron en forma de comida vomitiva. Pero el alimento del ánimo era tal que compensó el infame alimento de la carne.
“Somos todo”, dice mi hija, y me lee un fragmento del libro, que se ha leído veinte veces, de forma apasionada:
”Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior, lo que realmente somos, es la parte que elegimos potenciar”Los habitantes del pueblo de Guía curioseaban sin tregua. Y se encontraron mudos y finalmente satisfechos aunque también sumamente desconcertados ante el graffiti gigantesco de sus semblantes. Velázquez reencarnado en Zapatero los plasmó en la calle que es el reino de todos. Los ojos azules de Velázquez te atraviesan tal y como la belleza ha atravesado los siglos.
La parada de la mujer que vende sardinas se convirtió en una instalación. La pescadera recuperó por unos días su sonrisa más genuina, la más propia.
Hemos compartido las casas del pueblo. Demos las gracias al pueblo de Guía por su hospitalidad. Entre todo hemos conciliado lo inconciliable.
Los listillos no han podido evitar sentirse listillos. Para eso sirve, también, el Campus de Guía, para que todos sus integrantes puedan tomar las medidas de lo que son. Las cosas importantes sirven siempre para algo más de lo que para en realidad sirven.
Nos hemos querido, nos hemos amado, nos hemos desnudado, nos hemos tomado las medidas. Hemos hecho arte.
Llega la despedida, y el largo invierno que, personalmente, he vivido como los niños que actúan sabiéndose protegidos. Después de lo compartido, nada malo me puede suceder.
Recuerdo la última noche en la que sobre las rocas frente al mar efectuamos la última cena. Y no hubo beso traicionero sino que las estrellas se instalaron para que las viéramos en el fondo del mar alrededor de nuestros cuerpos de bañistas nocturnos.
Pudimos cambiar la historia.
Abrazo a la pareja, hombre y mujer, con todo mi agradecimiento.
Las cámaras descansan. La película ha sido registrada. La ventana se cierra figuradamente, sólo figuradamente.
Matilde Obradors. Directora del Taller de Comunicación del III Campus de las Artes de Guía. Doctora en Comunicación Audiovisual por la Universidad Pompeu Fabra. Profesora del Departamento de Comunicación de la UPF. Realizadora y guionista de videos y cortometrajes